miércoles, 3 de enero de 2018

m o n s t r u o s

Eres tú el que hieres, el que hierves.
Sólo supiste quererme cuando no me querías, y ahí nació la ironía.
Me acusabas de todos tus crímenes y yo me declaraba culpable.
Te amé mejor que nadie.

Mueves los labios, ya no hablas,
pero si suspiras y con el aire que sueltas
apagas mis velas y mueves mi veleta,
que apunta a otras tierras.

Te pruebas mis zapatos y te van grandes,
pero yo no te pedido que andes.
Fuiste el jardín de las Delicias,
de la manzana prohibida,
fuiste lo más importante de toda mi vida.
¿Sabes leer entre líneas?

Tenías la virtud de hacerme ver que yo sólo tenía defectos,
y eso no es un buen comienzo.
Yo tuve el defecto de enseñarte todas mis virtudes.
Para que no dudes.

Sólo supiste quererme cuando no me querías,
y ahí nació la agonía.

He dado la vuelta a todas mis cartas,
por qué no me importa jugar así toda la mano,
porque contigo no quiero trucos, sólo magia,
ya no me da miedo perder la baza.
He ganado partidas con peores cartas.

¿Guardas un as en la manga?

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